una muestra de cómo preparaban la tierra y los instrumentos y animales que utilizaban.
La edad adecuada para casarse en el Antiguo Egipto oscilaba entre los 20 años para los hombres, y 15 a 18 para las mujeres, es decir, que era fundamental casarse lo más pronto posible para fundar una familia basada en la procreación y establecida dentro de una misma clase social. También, esto aseguraba un entierro decoroso para los padres.
Los egipcios fueron apasionados de cultivar la belleza externa y para ello se valían de diversas indumentarias y adornos. Tanto hombres como mujeres utilizaban aceites, minerales y otras sustancias para maquillarse los ojos, labios y facciones. Se valían de peines, espejos y pelucas, y adoraban a la diosa Hator, relacionada con la belleza, …y que los griegos asociaron con Afrodita, diosa del amor.
Las moradas comunes de los egipcios, se construían con materiales como el adobe, ladrillos cocidos al sol y fabricados con el barro del Nilo. En contraposición estaban los templos, las moradas de los dioses donde la mayoría de los egipcios no podía entrar, y también las edificaciones funerarias, construidas a base de piedras que dejarían su huella durante siglos.
En la disposición social de la antigua civilización egipcia, por supuesto, el faraón ocupaba el peldaño más alto. Y en el más bajo estaban los esclavos, en su mayoría extranjeros capturados en las guerras o comprados mediante la intervención de mercaderes dedicados a este tipo de comercio. Los sirvientes, calificados como personas libres, dependían de sus patrones.
La literatura constituía un pasatiempo significativo en el Antiguo Egipto, aunque el conocimiento de la lectura y la escritura era un privilegio reservado a unos pocos. Sin embargo, aquellos que no sabían leer tenían la opción de escuchar las narraciones orales, la mayoría de las cuales estaban relacionadas con los dioses y su mitología.
Vida en el Antiguo Egipto: ¿Sabías qué…?
La crecida del Nilo entre los meses de julio y octubre, hacía posible que Egipto, país estacionado en el desierto, pudiese desarrollar la agricultura. Cuando el río volvía a su cauce, comenzaba un nuevo proceso cada año para delimitar los terrenos. Los inspectores, también, comenzaban su labor: estimar a cuánto podía ascender el impuesto de cada campesino.